domingo, 12 de diciembre de 2010

Trémolo


Hoy he soñado con el fin del mundo, Caos y Gritos besándose, y he dejado mi piel en manos de la marea. Ésa misma que me ciega y deja sordo a todo el mundo, con sus pájaros cantando al unísono sobre nuestras cabezas. El sonido de la sequedad de mi boca, triste por la ginebra que creía haber dejado atrás, y la gente que odia el odio por encima de todas las cosas, que crea el mal a través del bien y el libre albedrío, que construye una necesidad con enormes ladrillos huecos que rebotan en mis pupilas de acero, doloridas al ver tus labios. Noto que la humedad crece en mi estómago, también de acero, y el ciervo en la pared me dice algo, y Elvis, y un hombre de bigote habla sobre títulos extraños y lo morena que se ha vuelto la gente, y la sangre resbala por mi dedo índice y huele a cosméticos, y giro la cabeza y vuelvo a ver lo mismo, una y otra vez, y me asalta un destello moldeado por la razón, criticado por el miedo que en mí alberga.

Me retiene la soga negra que calienta mi cuello, que no quiere que nada suba más arriba, y le doy vueltas a lo material y lo inmaterial y veo que todo está a la inversa y yo también, y no noto pensamiento alguno, sólo la humedad creciendo en mi estómago y el dolor físico de mi dedo índice, que ya tiene vida propia, goteando eternamente. Todo se estira y un intruso toca unas notas de bajo que suenan como déjà vus enfermizos, como cuando dices que me estás esperando, pero no lo dices, y un mensaje llega del polo norte: dicen que nos vamos a ahogar, que ningún abrigo nos podrá salvar. Que no hay bailes sin lágrimas, ni llantos que bailar. Y pienso en la tinta que he perdido y la que no lograré recuperar. Y la gente pide caramelos y yo les digo que no con la mano, con mi dedo índice, que tendrán que trabajar y arrancarme la humedad. Y el ciervo ahora me dice que hay que huir de este lugar, que las nubes ya han llegado y lo han dejado bajo el mar. Y digo adiós, y la gente se va.





Gracias a Chesil Beach.

domingo, 14 de noviembre de 2010

THE HIGHWAYMAN - Alfred Noyes

PART ONE

I

The wind was a torrent of darkness among the gusty trees,
The moon was a ghostly galleon tossed upon cloudy seas,
The road was a ribbon of moonlight over the purple moor,
And the highwayman came riding—
Riding—riding—
The highwayman came riding, up to the old inn-door.

II

He'd a French cocked-hat on his forehead, a bunch of lace at his chin,
A coat of the claret velvet, and breeches of brown doe-skin;
They fitted with never a wrinkle: his boots were up to the thigh!
And he rode with a jewelled twinkle,
His pistol butts a-twinkle,
His rapier hilt a-twinkle, under the jewelled sky.

III

Over the cobbles he clattered and clashed in the dark inn-yard,
And he tapped with his whip on the shutters, but all was locked and barred;
He whistled a tune to the window, and who should be waiting there
But the landlord's black-eyed daughter,
Bess, the landlord's daughter,
Plaiting a dark red love-knot into her long black hair.

IV

And dark in the dark old inn-yard a stable-wicket creaked
Where Tim the ostler listened; his face was white and peaked;
His eyes were hollows of madness, his hair like mouldy hay,
But he loved the landlord's daughter,
The landlord's red-lipped daughter,
Dumb as a dog he listened, and he heard the robber say—

V

"One kiss, my bonny sweetheart, I'm after a prize to-night,
But I shall be back with the yellow gold before the morning light;
Yet, if they press me sharply, and harry me through the day,
Then look for me by moonlight,
Watch for me by moonlight,
I'll come to thee by moonlight, though hell should bar the way."

VI

He rose upright in the stirrups; he scarce could reach her hand,
But she loosened her hair i' the casement! His face burnt like a brand
As the black cascade of perfume came tumbling over his breast;
And he kissed its waves in the moonlight,
(Oh, sweet, black waves in the moonlight!)
Then he tugged at his rein in the moonliglt, and galloped away to the West.

martes, 9 de noviembre de 2010

Honoré, kind of Blue


Tras la inmensa lejanía de su horizonte, deja pasar la gran tormenta de rayos azules y contempla en su interior la movilidad de lo estático, como su mirada. Levanta el nuevo Muro de Brujas y exorciza los fantasmas hacia su interior con un suspiro de humo, opaco en su alma como un cristal, transparente como el agua que cubre su pelo, más bien impalpable. Derrama zumo de fresa por todas las paredes de su casa, que ya se abstrae de todo pensamiento posible, y busca un tesoro en sus cimientos. Araña sus sábanas una y otra vez, dieciocho veces resumidas en tres o cuatro golpes. Palpa el frío y la oscuridad de las doce, con su caja de recuerdos estimulada por la cafeína, y comparte sus heridas en claves de sol, con uno o dos versos eternos, como una pintura que nunca llegará a secarse.

Es todo lo que visualiza mi mente sin pretensiones, lo que sangran mis labios esclavizados por costumbre, maltratados y condenados al silencio, ignorando las flechas clavadas lustros atrás por todo mi cuerpo. Veo una cama de hospital con nombre propio y una bolsa llena de líquido sin etiqueta. La dejo descansar suspendida en el aire, "calculando al milímetro el más leve movimiento", a la espera de mi bola de cristal.




For you.









Música: The Ronettes - Walking in the Rain

lunes, 18 de octubre de 2010

Dr. Benway


Estas palabras no son más que un pequeño fragmento de lo que considero o creo que es mi vida, la cual, propiamente dicha o en su expresión más pura (un puzzle de destellos de ilusiones), no me importa en absoluto.

Como no son más que palabras, todo conocimiento que aquí intente transmitir, al igual que el de algunos posibles comentarios, son sólo, y no es poco, una aguja en un pajar con un mensaje secreto grabado con tinta invisible en su cuerpo, que me aporta, siendo sumamente optimistas (siempre me ha parecido un término ridículo), fortaleza para una realidad práctica.

Y es que uno contempla día a día esos documentales de niñatos y niñatas que se abrazan a rocas ontológicas hasta el fin de sus días, con su osito de peluche expulsando sus intestinos por la boca a causa de la presión que ejercen sobre él y vomitando sobre sus vecinos y progenitores. Gente que emplea su deliciosa esencia narrativa interna para darte cobijo entre sus heces, para intentar hacerte creer en la consciencia y dar por hecho que hablamos de amor cuando hablamos de sentimientos. Hambre, dolor, gente...energía que flota en el aire, una desnudez invisible y existente.

Ante semejante panorama de percepciones e impercepciones lamentables, a uno no le queda más remedio que navegar con remos de acero por una espiral cancerígena y apoyar la cara contra la pared fría de cualquier calle inmunda.
Me resulta tremendamente desesperanzador diagnosticar estupidez bajo los síntomas de pretender no equivocarte nunca cuando ya lo estamos de antemano, y tener que enviar a esos asesinos sociales a una farmacia pragmática.

No somos más que errores, larvas caídas de un árbol, indefensas y devoradas por los pájaros. Por eso he abierto una grieta en mi almohada, allí donde dulce y, en muchas ocasiones, estrepitosamente me apoyo. Para derramar el zumo de todo lo relativamente ajeno, absorberlo y tratar siempre de superar al maestro. Para convertirme en mariposa y huir de los murciélagos.





Que os revienten el ojete.







Música: Scott Walker - Next

martes, 5 de octubre de 2010

Poema nº13 de mañanas y noches en vela


Converso con el silencio a través de un camino de piedras que crujen y se retuercen por las promesas de la mañana. Tras un leve chirrido que apenas consigue perturbar mi exilio, el olor a terciopelo irrumpe con fuerza en mis sentidos. Lo veo en el cristal frío y seco, que refleja tu arrugada cara envuelta en un pañuelo azul, arrugada de todas las mañanas de aspiraciones. Un sonido lejano y un viejo hombre de campo me hacen contemplar los frondosos arbustos que dejamos atrás, que pierden poco a poco sus hojas y sus frutos. Me hacen pensar en invernaderos y en las macetas que instalo en mi dulce hogar para plantar robles con un poco de agua y ver el mundo florecer. Con un lápiz viejo escribo cada día mis pensamientos en el cuello de un embudo, como consuelo, y miro como se deslizan, olvidándose del cielo gris. Como un pinchazo en la sien, recojo una red invisible para tratar de atrapar mi arrepentimiento, pero sólo encuentro gasas mortales llenas de recuerdos de tu enfermedad, filtros imposibles que retienen al Sol, hermosa esfera universal, mi deidad imaginaria.




Música: Tindersticks - Can We Start Again

jueves, 30 de septiembre de 2010

De sol a sol


Me pregunto por qué no me suicido. Me pregunto por qué me lo estoy preguntando, luego me digo que mejor no pensar así y acabo encendiendo un
cigarrillo.



No vale la pena pensar en un principio para lo que voy a decir, pues la imaginación suele jugarme malas pasadas y es el único enemigo, o eso creo, al que no he logrado combatir (hablaré de unidad, a pesar de las múltiples galaxias que abarca tal afirmación, porque el lenguaje demostrará, como siempre, su inexactitud y acabaré contradiciéndome como un idiota). Día a día, recibo ésto en mi mente y trato de ubicarlo en su debido lugar, pero siempre me angustio ante mi fracaso y dejo de dar vueltas por calles inhóspitas para enderezar mi camino a casa, quizá escuchando la dulce voz de Linda Thompson entonando Jet Plane in a Rocking Chair, quizá desmenuzando a partir de ella las diapositivas que pasan ante mis ojos de la Inglaterra de principios de los 70. En realidad (cien por cien discutible), también pienso en la exactitud del lenguaje y de la tierra, y en lo insensatos y malaventurados que somos las personas al tocarlo todo con nuestras manazas. "Tienes que"..."debes"... son palabras o combinaciones de éstas que me irritan y me hacen dudar de la capacidad humana.

No somos menos ridículos que las motas de polvo que flotan sobre nuestras camas una mañana cualquiera. Empeñados en ésto o aquéllo, en competir absurdamente sin reconocerlo o en lucir como árboles de Navidad, avanzamos a diez mil kilómetros por hora por autopistas de barro, a trompicones y lanzando piedras que rebotan contra las de nuestros inertes vecinos, sin cuestionar más que el proceso, sin reflexionar sobre el tiempo que se nos ha dado, cuándo, cómo y dónde acabará y qué empezará. Pero esa no es la verdadera cuestión. Nuestra naturaleza, o al menos la que algunos han querido incubar en nuestro interior, nos permite arrastrar y empujar sin tapujos. Vemos ante nosotros simples moldes que rellenar a base de escupitajos para fabricar nuestros pasteles. No hace falta mencionar a estas alturas el egoísmo programado en nuestras células, que no son más que simples átomos y un mecanismo de defensa contra la agresividad ajena, poco temible teniendo en cuenta lo que somos y lo que acabaremos siendo tarde o temprano. Discusiones, peleas, desperdiciar minutos, días y horas analizando a fondo estupideces y tonterías potenciales, basureros de oro...todo está permitido para aumentar nuestras "riquezas".

Seguramente, si un día decidieras adentrarte en un profundo bosque, temerías más la acción de tus seres próximos que la de un animal herido. Y es que reptamos por los siglos de los siglos, siseamos al aire, que es lo que de alguna manera somos, e inyectamos nuestro veneno abstracto llamado "amor" (tontería potencial) en lo más alto de una pirámide imposible, derrumbándonos bajo unos cimientos desgastados, cavando nuestra propia tumba como una enfermedad mortal y duradera.

Sin más dilación y escapatoria, y con el leve consuelo de gritarle al vacío, me voy a dar un paseo por la playa.








Inspiración:

Jack Kerouac - Los subterráneos
Scott Walker - It's raining today
Tom Waits - In the neighbourhood
El cielo
Tú y yo

jueves, 16 de septiembre de 2010

Evasión

Mienten las piedras. Miente el balanceo de un árbol, lento, de lado a lado, buscando dirección. Miente la resaca, la costra sobre la suciedad. Miente el que trata de esquivar a su propio fantasma agónico, el que se desplaza, persuasivo, por el pasillo del terror, donde un cartel chamuscado y abandonado a su suerte trata de enviarte tus pensamientos, tan inquietantes como tus ojos en blanco. Te invade la mente el recuerdo de tu camiseta mojada, de agua estancada como un vertedero de amor, y buscas la salida en el techo de un amplio local, como una drogadicción inversa, en y a la nada. Con todo el empeño y frustración del mundo, llamas a una ambulancia que venga a recoger los restos de las mariposas en llamas que has abrasado con tus manos, mientras veneras a los gases que provienen de alguna otra cloaca, quizá de un tubo de escape. Destellos impuros de reflexiones, ventrílocuos sobre mi cabeza de marioneta, estática e impermisiblemente cínica, como una esmeralda. No puedes evitar que la luna gire a tu alrededor. No puedes huir, roca inmutable.






Inspired by: Wilco - Summer Teeth

sábado, 14 de agosto de 2010

Pelo


Sentarse con los ojos cerrados es una auténtica crueldad. Escuchas la música de fondo para consolarte, esperando un día nuevo, un día en el que la persona adecuada te llame, en el que encuentres el trabajo perfecto, organizes planes tridimensionales que duren para siempre y todo ese tipo de tapaderas... No hay dos sin tres, y la conformidad acaba por multiplicarlo todo. Crees ciegamente en la carencia de significado del "ésto", en la persecución de tus objetivos por más de medio mundo, y buscas opciones bajo tu manta que te aislen de la verdad. Bailas, derrapas con carritos de la compra y en ocasiones bebes para no hacer el ridículo. La perfecta ironía, la tan ansiada ceguera de tus propias facultades, que te permite ser lo que siempre niegas, otra persona por un día; porque tus mentiras terminan por convertirse en deseos y no quieres volver a ponerte las gafas que dejaste de limpiar.

Salir a pasear por la playa se ha convertido en una atrocidad a estas alturas. Centras toda tu atención en el movimiento de tus piernas, en cada paso, ignorando las motas de polvo que se posan sobre tu pelo. Contemplas todas las alternativas posibles y atisbas un vacío sin límite y unas gotas de desesperación, pero sigues camuflándote en el consuelo de perder el tiempo escribiendo y tratando de aproximarte a las personas que también derrochan sus segundos de vida aproximándose a gente que no deja que ésta sea simplemente agua que se escurre entre sus dedos.




Canción del día: Los Planetas - David y Claudia

lunes, 9 de agosto de 2010

Conocí a un genio

" Hoy
conocí a un genio en el tren
como de seis años de edad;
se sentó a mi lado y,
mientras el tren
corría por la costa,
llegamos al océano.
el niño me miró y me dijo:
el mar no es nada bonito.

fue la primera vez
que me di cuenta
de ello. "




Charles Bukowski

domingo, 1 de agosto de 2010

Liberación de habitación


Veo formas de expresión en el movimiento de mis uñas desgastadas, desprendiéndose de la vida y deslizándose por mis manos. Veo coches, personas que suben y bajan, que se caen como las hojas en otoño y se disecan con un café entre las manos. Siento ganas de saltar, de volar, de huir, de escribir cientos de palabras de liberación y sentir el aire lejano de la escritura sin sentido, de las ciudades de mi vida, praderas llenas de insectos, de vida mojada, resbaladiza como un caracol en el agua y ardiente como el sol en el fuego. Haikus, "el gorrión salta por la galería con las patas mojadas", dolor de cabeza y desgana celebran su boda, se casan la estupidez y el día a día. Veo el movimiento de lo estático, imágenes bellas, pretendo que veas imágenes bellas, delirios, focos, pescadores en las rocas, saltas como un delfín, mueres como un gusano, pisas el mismo suelo que algún otro día y lo vuelves a pisar, pisada, pisada, y vuelta, aburrimiento, alcohol, sexo, sudor, trenes viejos con tus cargas, amigos maquinistas, piedras en las vías y muchas cosas que no recuerdo. Veo cosas que no sé, cosas que debería mostrarle al mundo. Veo hombres y mujeres desnudas, con sombreros de plomo y pelo infinito y no puedo pasar y no puedo beber y no puedo acceder y luego no hay nada, sólo gente desnuda, prendas inútiles por el suelo, abrigos que enfrían a la gente y los aleja de mí, el fantasma de la realidad, que tiene hambre y lo modifica todo, cava un agujero en la tierra, saca el bastón, entierra el presente, brinda y reza, piensa en algo pero no hay nada, porque nadie piensa y nada existe, mi casa no está aquí. Siento llamas de presión, de todo lo que eras, de qué serás y me enveneno con el calendario. Veo que no podrás enseñarme algo más útil que estos delirios en un futuro próximo, tan relativo como tu mente, tan relativo como que no me importa en absoluto, como que veo. Y veo cosas que no sé, cosas que debería mostrarle al mundo.











Related sigh: Animal Collective - Taste

domingo, 18 de julio de 2010

My name is Michael Caine


Siempre giro sobre mí mismo, bostezo, miro el reloj y repito los pasos. De vez en cuando, con periodicidad indeterminada, pero más bien frecuentemente, muevo la aguja del despertador...ese despertador que no existe, que se ha transformado en teléfono móvil por pura pereza. La misma pereza que oprime todos mis órganos, la maravillosa pereza que me hace encender mi ordenador, único y personal (quizá debería ponerle un nombre, hacerlo uno más de la familia), contemplar las cinco cuartas partes de la transformación de mi vida y sentirme orgulloso de mi música, mis gafas de sol, mi pelo y peinado, mis ojos y los rubíes que esperan impacientemente en mi mesa, con cubiertos de plata donde observar mi reflejo y quedarme paralizado. Soy inteligente, lo sé. Me he convertido en algo increíble desde esta mañana. Jamás habría pensado que un trozo de jabón serviría para algo semejante. Sin embargo, mi hermana Avaricia desea abrir la puerta, bajar a la calle y darse un baño de espuma. Subid a mi cepillo y restregaos contra mi piel. Pulid mi reflejo de las 6 de la mañana. Escupid palabras de amor contra mi cara. Quitaos la camisa y bailad a mi alrededor. Hacedlo rápido, porque la próxima imágen que mi cerebro reciba de mi mismo os obligará a repetirlo, una y otra vez. Nunca estaré satisfecho. Volveré a casa por la noche, cerraré todas la ventanas, derramaré lágrimas de demencia en busca de la máxima locura para vuestros corazones, dispuestos a arrodillarse ante mi hasta el fin. Contemplaré mis pertenencias, desecharé las que menos me convengan y verteré mis residuos sobre todos vosotros, amigos míos, llenos de ilusión y sabiduría; mis dulces cómplices, que siempre acudís cuando os necesito, aún sabiendo que he matado a vuestras familias. Sólo os enseño a vivir, a ver la forma CORRECTA de respirar, a que dejéis la basura de vuestras peripecias donde no pueda verla, por NUESTRO bien. Y me pinto, me maquillo hasta la saciedad para enseñaros mi verdadera cara. Un poco de aquí, un poco de allá, un poco de celo...pero no valéis para...valéis mucho. Mi mundo es mi habitación, esas cuatro (o cinco y tres cuartos, para sentir que he cumplido ante el señor Bizarro) paredes que tanto han aportado a mi espectáculo. Vosotros, amigos, dispondréis de invitaciones, y os prometo que no os saldrá caro...
Si os sirve de fianza, tomad mis palabras, elevadlas a la máxima potencia y aprended, porque seréis los únicos listos que beberéis de mi, este sincerísimamente humilde y sano paciente, pero experto DOCTOR, que jamás os transmitiría una enfermedad por miedo al contagio y que os aprecia, os aprecia de verdad. Joder, gracias por vuestras orquídeas de todos los días. Gracias por venerar mis paredes, por construirme un trono con falso fondo y por cerrar los ojos cada segundo, sólo para mí.

-Habla el rey de los párpados abiertos, orificios nasales, boca grande y orejas cortadas, único e irrepetible. Seguidme y los colores cambiarán de
nombre.






Irony is over. Bye bye.

jueves, 15 de julio de 2010

Granos de arena y sal (poema en prosa para una lápida)


Una amplia montaña de asfalto. Éso y el calor fueron los asesinos de aquel extremadamente caluroso día de cuadernos viejos y lápices rotos. Los afilé y mis ojos se convirtieron en cristales translúcidos. Intenté leer, pero sólo pude leer agua. La marea subía tras mis dos manchas negras, sucias como aquella roca. En cierta manera, viéndome reflejado en aquel cristal que la cubría y protegía, me sentí aliviado.

Tomé mi bolsa de flores secas, maltratadas por el viento, y descendí lentamente, ausente, por el mismo camino. Los árboles, el viejo río y el aroma de la infancia me convencieron para tomar un desvío poco antes de mi meta, de mi origen. En pensamientos circulares e imposibles, todo acaba en mi mente tal y como empezó en cualquier otra parte. Creé música con mis ojos, también protegidos por un hada, y conté los granos de arena de mi playa imaginaria, discriminando a todos por igual. Tú primero, él después...tú no. Mi boca seca ansiaba palabras, tanto como mis dedos magullados clamaban por unas notas huecas, resonantes en el vacío inconformista; notas que nadie más escuchará.

Las uñas rojas seguirán clavadas en mis pulmones, para que no pueda emitir ningún sonido, para que pulule sin nada concreto que decir, buscando solamente nuevas canciones, nuevos sentimientos.

-Un secreto es un secreto -dijo la ducha matutina que calienta mi alma-.






A sculpture is a sculpture, marmelade is marmelade, and a sculpture of marmelade is a sculpture but it isn't marmelade.







Related sigh: Nick Drake - Day is Done

lunes, 5 de julio de 2010

If you go away




















If you go away
On this summer day
Then you might as well
Take the sun away
All the birds that flew
In the summer sky
When our love was new
And our hearts were high
And the day was young
And the night was long
And the moon stood still
For the night bird's song

If you go away

But if you stay
I'll make you a day
Like no day has been
Or will be again
We'll sail the sun
We'll ride on the rain
And talk to the trees
And worship the wind

Then if you go
I'll understand
Leave me just enough love
To fill up my hand

If you go away
As I know you will
You must tell the world
To stop turning, turning
'til you return again
If you ever do
For what good is love
Without loving you?
Can I tell you now
As you turn to go
I'll be dying slowly
'til the next hello

But if you stay
I'll make you a night
Like no night has been
Or will be again
I'll sail on your smile
I'll glide on your touch
I'll talk to your eyes
That I love so much

But if you go
I won't cry
Though the good is gone
From the word goodbye

If you go away
As I know you must
There'll be nothing left
In this world to trust
Just an empty room
Full of empty space
Like the empty look
I see on your face
And I'd have been the shadow
Of your shadow
If it might have kept me
By your side

domingo, 27 de junio de 2010

Something to be done



Tratar de evitar lo que te cae encima es como recrear en tu mente una canción mientras escuchas otra totalmente distinta. Afortunadamente, con el paso del tiempo, uno aprende a no ceder ante la desesperación y busca claros en lo más profundo de esa selva tan cansina que es la vida en ocasiones. Uno se harta de repetir con distintas palabras lo importante que es ese tiempo, pero al final acabas dejándolo todo en una simple afirmación. Todo es un grandes éxitos, anécdotas que te empeñas en recordar como grandilocuentes y que no son más que anécdotas. Al menos, el hecho de maximizar los resultados nos mantiene con esperanza. Siempre he creído que el pasado es como ese jersey que espera el momento de su estreno. Lo dejas en el fondo del cajón esperando el momento adecuado. A veces en la parte superior, para sentirte tentado de vez en cuando y no enterrarlo demasiado tiempo. Hagas lo que hagas, tarde o temprano acabará mirándote desafiante, agresivo, y acabarás introduciendo tus brazos en él. Por suerte (sé que la menciono demasiadas veces, pero, aunque no sepa con total certeza lo que es realmente, bendita sea la suerte), ese jersey o cualquier otro tipo de prenda más fina y fresca, acabará rompiéndose, desgastándose poco a poco o destiñéndose y deformando su apariencia. Todo depende del uso que le demos. Abusa de tus hazañas y sé una vieja gloria, un gordo y repelente saco de mierda descompuesta, adicto a la cerveza y a la televisión; al menos a la televisión de tu cerebro (si es que aún queda algo que vislumbrar), donde podrás ver como unos jóvenes enérgicos e inocentes te dan una patada en el culo y un soplo de aire fresco a la sociedad. Toma nota y cómprate tres o cuatro jerséis nuevos para no tener que hacer la colada tan a menudo. Más espacio, más opciones, más aire fresco. Olvídate del aire acondicionado, sólo te proporcionará un buen resfriado.


Related sigh: The Pastels - Nothing to Be Done

lunes, 21 de junio de 2010

La sombra de mi herida (todo tiene un título)



Ya dijo un excelente compositor que la felicidad es una pistola caliente. Aunque sea algo que siempre he tenido en mi lista de cosas que nunca debo hacer, aquí estoy escribiendo estas líneas con mi cañón aún humeante. Empiezas garabateando un papel cuadriculado mientras tu profesor repite una y otra vez la misma lección de todos los días y terminas inyectándote palabras y tinta en vena. Nada más puedes hacer cuando el destino había planeado darte la espalda y revolverte los intestinos. Quejarte, aullar como un perro herido y atrapado por octava vez en el mismo cepo, viajar una y otra vez por el país del déjà-vu...

Piensas que las metáforas rebuscadas no te van a llevar a ninguna parte, que causarán el mismo impacto que unas palabras directas y atronadoras, sangrantes y pesadas. Hablar se convierte en un capricho para ricos y prefieres quedarte en la cama y dejar que la música te hable. No recuerdas nada y lo recuerdas todo. Volverás a ver el infierno una y otra vez de una forma clara y transparente, mientras los días caleidoscópicos se asemejan a ciertos momentos de tu infancia (No entiendo qué está pasando ni me interesa. Seguiré flotando en mi mundo de héroes y villanos). Rezas por una lobotomía, aunque Dios se haya convertido en Satán. Vomitas. Crees que el corazón saldrá disparado de tu pecho y te esfuerzas por vomitar aún más. Que se esfume todo. La destrucción es tu nueva religión. Ni optimismo ni pesimismo. Ya no quieres mirar atrás, pero tampoco hacia delante. Sólo disfrutar de la blanca realidad, fácil de ensuciar y difícil de limpiar. Sabes que todo tendrá un fin, y el paso intermedio te llevará a coger un pincel y rellenar los huecos que buena o malamente consigas dejar intactos.


Related song: Leonard Cohen - Avalanche

¿Todo tiene que tener un título? (22 de mayo)



Creo que el suelo necesita ser barrido. Es aquí, en la oscuridad, por donde paso sin hacer ruido, donde me doy cuenta de las motas de polvo que se han ido depositando sobre mí cautelosamente, en forma de presiones diarias, sudores fríos y temblores injustificados. Ese hambre literal y metafórica de un fin de semana, que se transforma en algo mutuo hasta devorarte y dejarte en un callejón sin salida. Sólo un poco más...un poco más de éso...esa sustancia que se adhiere a ti como una rémora y nunca quieres desprenderte de ella. Me hará llegar a lo más alto en mi último solsticio y no me importan las partes que entienda la gente. Estoy solo en esta sala brillante y neblinosa y gracias a ello consigo fijarme en ese punto rojo que dispara en todas las direcciones como un diente de león y se clava lentamente en mi cerebro, impidiéndome tomar decisiones, caminos...pero no otro poquito de éso. No apareceréis, aquí no hay más que una bola brillante que gira y no para de girar e ilumina toda la sala como si fuera el satélite de la bondad, aunque no haga más que lamerte el culo como si fueras el presidente de los Estados Unidos. La calle también gira; me quedaré aquí a ver como nadie aparece, ni siquiera yo. Las emociones se transforman en una sonrisa estéril y comatosa. Miro la hora y queda demasiado para que ocurra algo. Quizá sea el fin del mundo o empieces a bombardearme con dudas existenciales, pero no me importa porque aquí ya tengo todo lo que necesito. La música apesta. En la estancia hay un ligero olor a monóxido de carbono que me hace vomitar. Míralo como quieras, pero en el país de las oportunidades gobierna la incertidumbre y puede que vaya siendo hora de decorar esta sala con los trozos del puzle que yace tras mis cortinas. Hora de levantarse (pero antes, un poquito de éso).


Related song: Scott Walker - Mathilde

Razzmatazz (12 de mayo)



Los dados me favorecen. Ahora comienzo el juego que una vez (y probablemente cientos de ellas) ganaste. Siempre creíste que tu río fluía de una manera distinta a los demás, que tus afluentes eran de oro fundido, pero ahora, para tu desgracia, no son más que viejos cementerios de trenes que descarrilaron cuando te lanzaste en marcha para subirte a otros cuyo destino no conocías. Tu océano es un enorme agujero negro, así que te paso el relevo y aprovecho para hablarte un rato de los tiempos de niebla y tu sonrisa espectral apenas visible para un animal herido. No te será fácil aprender a sentir; me espera un espectáculo sublime. Hubiera empeñado todas las lágrimas y ansiedad, aunque ahora haré un donativo en su favor. Quizá hasta te deje entrar en mi humilde sala de los recuerdos, ese almacén de diminutas probetas llenas de sangre coagulada, perfectamente organizadas y listas para ser ingeridas en cualquier momento. Se miran pero no se tocan. Es tu turno y estás sola. ¿O es que ya no recuerdas mis descripciones de paisajes interiores decapitadas y exiliadas en el olvido de tu triste cajón? No. Tampoco aquella rosa muerta que un día existió para que las cosas sean como son. Me alegro de que simplemente no sean.

Por tanto, he de decir que hemos llegado a un desvío (me moría de ganas por empujarte, pero lo tomaste tú sola mientras yo seguía mi camino entre carcajadas. Los tímpanos te estallaron con aquel ruido tan atroz, así que poco importa ya lo que intenten decirte, simplemente púdrete en el infierno. Cuando estés lista, sienta tu culo fofo y celulítico en el sofá y echa un vistazo a las manchas oscuras que dejaste). Cómprate unas orejas de plástico como las que una vez usó este escritor y alza tu miserable cabeza vacía para escuchar mis carcajadas. Veremos quién ha optado por las mejores opciones. Yo estoy vivo y tengo entradas para el circo.



Related song: Guided By Voices - Hardcore UFO's

En vilo (6 de mayo)



Lunes: rojo, martes: azul, miércoles: amarillo, jueves: marrón, viernes: verde, sábado: gris, domingo: gris oscuro. He intentado recordar cientos de veces por qué recuerdo este pequeño tablón con barras escalonadas que vi por última vez hará unos dieciocho años y si de alguna manera ha influido en mi distribución emocional a lo largo de los poco coloridos días en este estúpido barrio. Puede que, de alguna manera, mis lunes estén encendidos por un trozo absurdo de plástico, o que simplemente se deba a mi color interior, ese gris que tantas veces han asociado conmigo. Me fundo con los sábados y deliro los domingos. Después del enrojecido comienzo de semana, decido cambiar la historia y hacer mi particular Blue Tuesday. El color inglés, el color de la nostalgia y la melancolía. Azul cielo, porque el cielo está triste si no hay azul y siempre discuto con él. Por supuesto, ante tales fuerzas y haciendo una excepción, doy el brazo a torcer. Me gusta quererte y que no me quieras, me limito a pensar.

Y es cuando me veo sentado un bonito miércoles, como en este preciso instante, mirando al sol, dedicándole una canción, contemplando la textura de una dulce cerveza con cualquier persona a la que mis textos y mi obsesión por los colores le suenen a chino. Primero engullo un plátano y después un limón para acabar el día (me encanta escribir limones) como presagio de lo que se avecina justo en mitad de la semana. La ansiedad me impide liberar mi mente...(suprimir). Viernes, sí, viernes. El día de la liberación, el día del yoga, del karma, de las cucharas, de la hierba, el aire, las panderetas, las guitarras, los acantilados extremadamente rocosos y el musgo que yace sobre ellos eternamente. La saturación de eventos es tal en tu particular universo, que no haces más que contemplar la inmensidad del paisaje y recoger unas cuantas flores para el fin de semana, las cuales se marchitan en muchas ocasiones. Todo está en el ambiente que nos rodea. Somos así, y no es poco. Así transcurren los días, uno tras otro y en ocasiones el anterior tras el siguiente. Remontas el vuelo hacia tablones pasados para rescatar días que cambiaron de color. Me encuentro en medio de mi odisea semanal y espero luces. Que nadie se tome la molestia de iluminarme por detrás, porque tendré que hablarle de sombras sin mirarle. Y con un trago de perfecta agua transparente me voy a la cama. Soñaré con una señal que llene el vacío de este texto. Espero recibirla.


Related song: Pulp - My Lighthouse

lunes, 14 de junio de 2010

In My Life (hace 1 mes)



(Escribo ésto en un papel bajo una sábana arrugada, mientras un inocente bebé de apenas once meses llora porque sabe que ha venido para que algún día todo termine, y ese llanto no hace más que recordarme cada noche el susurro de aquella canción en EL DÍA).

Era verano (mi decimosexto) cuando dejaste de hablar; un caluroso día de finales de julio que empezó con tormenta y terminó con una edad de hielo. A uno siempre se le traba la lengua cuando no sabe qué decir, pero tú no deberías haberte quedado en silencio; el silencio era mío y sólo quedábamos tú y yo. La brisa procedente de Irlanda proporcionaba bocanadas de aire cada cierto tiempo, pero dejó de ser suficiente cuando tu simetría se rompió y nos dejaste en manos de nuestras manos. A ojos del mundo, no eras más que un muñeco de trapo con sentimientos descontrolados. Recuerdo tus dedos en mi pelo, tratando de arrancarlo. Recuerdo tu mano en su brazo, tratando de arrancarlo. Recuerdo tu mirada perdida, el susurro de la canción en mi oído derecho y esa extraña espuma blanca en mi corazón, tratando de detonarlo. Era la una de la madrugada.

El bebé llora, y llora, y llora... Me acosté aún con aquel sonido que me reveló algo y comencé un fatídico sueño que duró días, quizá meses, hasta que ambos dejasteis el mundo sobre mis hombros. Esa noche ocurrió todo tan rápido que el alcohol se escapó de mis venas porque sabía lo que sucedería, como el resto del mundo. El pánico vino a vivir en mí tras aquella llamada, mientras mi fiel amigo me observaba atónito o quizá extasiado por el combustible (otra vez no. No había bastado un año. Un año y un mes, que más tarde serían cinco o toda la vida). Pero ya no escuché esa canción. Apenas pude ver nada. Te fuiste. No articulaste palabra. Te lanzaste al mar sabiendo que la corriente te arrastraría y me salpicaste al caer. Te sumergiste antes de tiempo. Me abandonaste, como él, y el combustible se mudó a mi sangre con su muerte como guardaespaldas. Una combinación letal.

Avancé por cien mil caminos con los ojos cerrados hasta que las luces del pasado me abrieron los ojos. Yo cargué con ello. Era mi responsabilidad. Vosotros me disteis lo que tengo. Me hicisteis como soy.

Los garabatos del papel ya son carteles luminosos, porque el bebé ha dejado de llorar y ahora puedo escuchar con claridad aquella canción:



The Beatles - Strawberry Fields Forever

A Day in the Life (escrito hace 2 meses)




Amar al amor ciego y odiar al amor. Odiar al odio y amar al odio irracional. Un día en la vida no es un día si no hay extremos. Coge tu abanico y despide a las nubes que han cubierto esos días pasados que fueron noches. Que anochezca en la noche y que amanezca en pleno día. Que la sombra de la Interzona no te impida avanzar. Porque, como en la guerra fría, calculamos nuestros movimientos aguardando el momento anterior a la muerte de nuestra alma o el nacimiento de una nueva.

Yo endurezco el hielo, ejercito mi orgullo esperando el nacimiento de algo mejor. Tú te limitas a observar, quizá esperando lo peor, quizá tratando de no llevar tu falta de autoestima a un punto más alto o simplemente dejándolo todo en manos del relativismo (¿Mejor o peor?). "Las caídas desde allí son demasiado duras", comentas en algún momento inoportuno como cualquier otro. "Prefiero quedarme con lo duro del levantamiento". Una vez que estés abajo del todo, en el mismo inframundo, no te tomes la molestia de volver a subir. Esfuérzate por nadar a través del vasto océano y no mires atrás, como Dylan en las películas. No llames a la puerta, descálzate y entra. No te sientas japonés por ello. Vienes de un lugar único donde la presión impera. Siéntete afortunado, lucha con todo lo que has aprendido. No permitas una vez más que el esfuerzo haya sido en vano, como tu amor. No consientas que la gente de aquí abajo te acose y te derribe. Vienes de un lugar más alto y la fuerza de tu gravedad interior es mucho más intensa y peligrosa. Mira dentro de ti mismo tanto como te sea posible. Toma aire las veces que haga falta y ábrete paso entre los campos de fresas, los tréboles de Dover y los árboles de tu corazón, porque bajo uno de ellos podrás ver el atardecer de Waterloo.



Related song: Belle & Sebastian - It Could Have Been a Brilliant Career

domingo, 13 de junio de 2010

La Mort



Éste es un manifiesto irregular y semi-ilusorio acerca de un servilletero vacío y un teléfono muy móvil sin cobertura con el que dejar atrás la melancolía isleña y sumergir la cabeza en un cubo de agua. Podría ejemplificar con murciélagos y sus rutinas, pero no es mi fuerte. Tampoco las jirafas dobladas por escasez de comida en las copas de los árboles. He estado tratando con extraños demasiado tiempo, pero lo justo para darme cuenta de lo que necesito: transfigurar la realidad para encontrar algo en ese recipiente con lo que limpiarme la miel de los labios y vomitar el aire que trago cada día. Enviar señales de humo. Recuperar lo desvanecido con desvanecimiento. Llenar páginas y más paginas en blanco con la poesía de una pared y una mente vacía. Con los versos de mi pelo ondeando cada tarde en el cálido y húmedo viento que presagia tabiques futuros. Todos conocemos la sensación de buscar una respuesta tras una jaula, pero ahora experimentaré los sentimientos de un barrote que ve como suena el teléfono y no puede hacer más que oxidarse. Cuesta hacerse a la idea de ser un recuerdo olvidado, entregado a las fuerzas de la naturaleza, meciéndote como un acordeón desafinado y monopolizando tus propios días como el blanco y el negro de una gran película (en sesión privada, eso sí). Va creciendo en ti como una enfermedad y acaba resultando algo casi divino, o eso creo, a ojos de lo que llaman mundo. Nunca abres los ojos. El futuro próximo no llegará nunca y a largo plazo sólo puedes soñar. Tal vez encuentre algo mejor en mi cita personal y no tenga que dormir más sobre cierto felpudo frío ni pensar en un querido peluche. Tampoco viajar mentalmente sin rumbo como un autor romántico, ni esperar una lluvia de ideas sobre lo que pudo haber sido si hubiera estado ahí, porque no lo estoy; no puedo estarlo. Una voz grave y un acorde cromático me definen frente a todas las armonías vocales que he esperado y no han llegado. Soplar las velas y contemplar lo que queda me ayuda a ver mi reflejo y aceptar lo que soy.


Related song: Bob Dylan - Moonshiner