martes, 5 de octubre de 2010

Poema nº13 de mañanas y noches en vela


Converso con el silencio a través de un camino de piedras que crujen y se retuercen por las promesas de la mañana. Tras un leve chirrido que apenas consigue perturbar mi exilio, el olor a terciopelo irrumpe con fuerza en mis sentidos. Lo veo en el cristal frío y seco, que refleja tu arrugada cara envuelta en un pañuelo azul, arrugada de todas las mañanas de aspiraciones. Un sonido lejano y un viejo hombre de campo me hacen contemplar los frondosos arbustos que dejamos atrás, que pierden poco a poco sus hojas y sus frutos. Me hacen pensar en invernaderos y en las macetas que instalo en mi dulce hogar para plantar robles con un poco de agua y ver el mundo florecer. Con un lápiz viejo escribo cada día mis pensamientos en el cuello de un embudo, como consuelo, y miro como se deslizan, olvidándose del cielo gris. Como un pinchazo en la sien, recojo una red invisible para tratar de atrapar mi arrepentimiento, pero sólo encuentro gasas mortales llenas de recuerdos de tu enfermedad, filtros imposibles que retienen al Sol, hermosa esfera universal, mi deidad imaginaria.




Música: Tindersticks - Can We Start Again

1 comentario: